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México va por su primer Mundial en casa


CIUDAD DE MÉXICO - Julio Gómez sigue sumergido en un sueño del que no quisiera despertar. El héroe de la Selección Nacional Sub 17 volvió a tener una tarde mágica, una que marcará su andar y que agradecerá por el resto de su vida. Por un momento, todos sus compañeros se convirtieron en él, todos fueron Gómez.

Cuando Raúl Gutiérrez pitó un receso para que sus elementos se hidrataran, sucedió algo inusitado, en el que no hubo planes de por medio: uno a uno, los jóvenes seleccionados tomaron sus vendas para, enseguida, comenzar a cubrirse la testa y crear un turbante como el que cubre la herida del tamaulipeco.

En la Sub 17 aún emociona la actuación del jugador tuzo en la semifinal ante Alemania de media semana, todavía se les enchina la piel cuando recuerdan sus dos goles y se impactan por el golpe que se dio ante Samed Yesil. Sin embargo, es el coraje, pasión y entrega lo que los tiene más maravillados. Eso los inspira para lo que será el duelo ante Uruguay.

El más animado fue Jorge Espericueta, mediocampista que está nominado al Balón de Oro. El jugador de Tigres no se cubrió sólo la cabeza, sino que se entusiasmo tanto que terminó con el rostro tapado por vendas.

Al finalizar el entrenamiento el regiomontano aseguró que fue en honor a Gómez el hecho. Ven en él un reflejo de esa garra que los tiene en la final. Por su juego ante los teutones, contagió de ánimos al equipo completo.

“Estamos muy motivados por la muestra que dio mi compañero Julio, él nos dio la fuerza para echarle más ganas, para luchar por México”, afirmó el zurdo.

Pero no fue el único en mostrar su admiración hacia el símbolo tricolor. De la mayoría salieron palabras de agradecimiento, entre las cuales se destacan las del lateral derecho Javier Flores quien resumió así su sentir: “Julio fue muy valiente al hacer eso, puso el ejemplo a muchos mexicanos a los cuales demostró que deben tener garra y corazón para seguir adelante en la batalla. Lo que hizo es una muestra de lo que es este equipo, el coraje que tiene, la disciplina y lo que sea”.

Sí jugará ante Uruguay

Aunque Julio realizó un trabajo al margen de sus compañeros, con un trote ligero, el preparador físico Vicente Espadas afirmó que no tendrá problema en que podrá participar en el duelo decisivo ante el plantel charrúa. Cierto, aún duele, pero si ante los germanos no se amilanó por el golpe, menos lo hará para encarar una lucha por el título.

“Fue un accidente, pero está bien. Hay que cuidar su integridad, pero lo vamos a tener mañana. Esta bien, lógico con la herida, pero está consciente, preparado, motivado y tiene ganas de jugar mañana”, comentó Espadas.

Por su parte, el técnico Raúl Gutiérrez se mostró más mesurado en torno al caso. No se vuela ni desea pensar en situaciones que suenan a probabilidad, aunque sí piensa en contar con él.

“Estamos analizando que Julio tenga participación, pero existe la confianza de que pueda estar ante Uruguay”, dijo por la tarde, en la conferencia de prensa que ofreció.

Gómez, por su parte, prefirió ahorrarse las palabras. Fue el primero en abandonar el campo de Ciudad Universitaria. Seguramente hablará en el Azteca.



“Todos somos Gómez”, un fenómeno en las redes sociales

Julio Gómez se ha convertido en toda una celebridad en el mundo de las redes sociales. Sus fans no se cansan de adularlo e incluso crearon el eslogan “Todos Somos Gómez”, el cual se ha transformado en un suceso.

En Twitter, la red social del pajarito, se creó el hashtag #TodosSomosGomez, en el cual aparecen palabras de aliento al elemento Tricolor, además de que se realizó una imagen con la cual identifican su movimiento.

Ahí, hay quienes llaman a cubrirse la cabeza con una venda, como lo hizo el jugador tamaulipeco tras chocar con Samed
Yesil en las semifinales ante Alemania, para ir al duelo ante Uruguay en el estadio Azteca.

En Facebook, en tanto, se creó un grupo de fans que ya alcanza las 53 mil personas inscritas. En él aparecen igual palabras de aliento e incluso propuestas de matrimonio para el tamaulipeco.

Un cuento de futbol

¿Qué historias les contará hoy en el vestuario el Potro Gutiérrez a sus chamacos de la Sub 17, antes de asomarse en el mítico estadio Azteca? ¿Les dirá que ahí se coronó O Rei y su circo de extraterrestres de piel morena? ¿Les platicará del barrilete cósmico que fue sembrando ingleses? ¿De Manolo Negrete y su tijera? ¿O simplemente les dirá que salgan al campo y terminen de contar su propia historia?

Éste es un Mundial convertido en un cuento de futbol, donde los mexicanos comenzaron con un gol adverso y poco a poco fueron tejiendo distintos capítulos. Desde el portero, nacido del otro lado de la frontera, hasta el niño del gol olímpico y las ganas de ser campeón del mundo.

Hoy, a partir de las seis de la tarde, correrá el balón adolescente entre piernas de precoces futbolistas de dos países de este continente: México y Uruguay. Dice Jorge Espericueta que “en la final están los dos mejores equipos”, que los europeos ya no dan miedo. Irónico, pero hoy brasileños y alemanes sólo se disputarán una pequeña rebanada del pastel.

También platica que aquel gol olímpico ante Alemania es “el gol más grande de mi vida”, aunque “más grande será si nos coronamos en el estadio Azteca”.

Más reservado, pero no menos efectivo, es el goleador Carlos Fierro, quien argumenta que “en este equipo no existe el conformismo”. El tapatío relata que desde que se conformó este selectivo se soñaba con llegar a la final y ser campeones del mundo. Hoy están a 90 minutos de lograrlo, de recordarnos que el “sí se puede” es algo más que una bonita frase y que portar el uniforme mexicano siempre debe ser cuestión de orgullo.

La buena noticia es que Julio Gómez, el niño disfrazado de momia, recibió luz verde por parte del médico Diego Moreno para jugar ante los uruguayos. Si el técnico Raúl Gutiérrez no dice lo contrario, el tamaulipeco cantará el himno nacional desde la cancha.

Espericueta, Fierro y Gómez aparecen en la lista de los diez jugadores que serán votados para ser Balón de Oro, Plata y Bronce del Mundial Sub 17 México 2011. Un galardón más para estos jovencitos mexicanos que están a un paso de igualar la hazaña de Jesús Ramírez y sus muchachos en Perú 2005.

Potro agradecido

“Desde que tomé la dirección de este grupo, nos planteamos estar acá, primero dirigiendo en este torneo mundial y después tener la idea clara de buscar el campeonato, y sin duda gracias a los jugadores que son la materia prima”, declaró Raúl Gutiérrez en una conferencia en el estadio Azteca. Asimismo, aseguró: “Todo esto conlleva a muchos factores que hacen posible todo esto, (como) los clubes, cuyo trabajo es fundamental para que estos jóvenes tengan la posibilidad de estar en selecciones”.

Aquel Mundial les sirvió de inspiración

Hace seis años, el 2 de octubre, Antonio Briseño, Jorge Espericueta y Carlos Fierro se encontraban en sus respectivos hogares, rodeados de su familia, observando un juego que marcó un hito en el futbol mexicano: la coronación de la Selección Nacional Sub 17 ante Brasil.

Desde ese día, Briseño afirmó que se convertiría en un jugador profesional para emular lo hecho por la generación de Giovani dos Santos, Carlos Vela, Héctor Moreno y otros jugadores más. Se inspiró.

“Cuando vi eso dije que quería ser como ellos, es la verdad. Gracias a Dios estamos aquí, con la posibilidad de repetir lo hecho”, comentó el zaguero, quien recordó que miró el juego a un costado de La Minerva de la ciudad de Guadalajara. Sus cosanguíneos tenían todo preparado para festejar.

El capitán comentó que desde ese día soñó en levantar otro título para el país y está convencido de que así sucederá esta tarde ante Uruguay.

“Tenemos casta de campeón, vamos a demostrar a todo el mundo que tenemos casta de ser campeones y vamos a levantar esa Copa”.

Jorge, por su parte, aseguró que gritó con fuerza cada uno de los tantos con los que el plantel de Jesús Ramírez se consagró, para salir después a las calles de su natal Monterrey a jugar un partido de futbol. Desde ese instante trazó su futuro.

“La felicidad que le da a cualquier niño ver a su equipo campeón es enorme y esperemos que eso suceda el día de mañana (hoy) para motivar a más gente”, comentó.

En tanto, Carlos se maravilló al ver que se podía cambiar la historia de fracasos del futbol nacional en Mundiales, ya no había espacio a las frustraciones como sucedió en otras ocasiones.

“Recuerdo que lo vi en Los Mochis y fue un partido que nos puso muy contentos. México demostró que sí se podía quedar campeón en un Mundial. Sin embargo aún no pensaba en que podía lograr lo mismo.”

Reventa de locura

La euforia de la afición mexicana por observar la final Sub 17 entre México y Uruguay ha sido aprovechada al máximo por los revendedores.

El boleto más barato alcanza el precio de 1,200 pesos, para la zona general, en tanto que para la zona de platea baja se llegan a pedir hasta 4,500 pesos. En ningún caso había opciones al regateo.

Aunque existían elementos de vigilancia alrededor del estadio Azteca, los revendedores se las ingeniaron para acercarse a la gente que aún tenía la ilusión de hacerse de un lugar en la final. Unos se ubicaron en las avenidas aledañas al inmueble, en rincones poco visibles, y otros en los puestos de ambulantes de los alrededores para llevar a cabo sus negocios turbios.

En tanto, en las páginas de internet dedicadas a la comercialización de productos también se encuentran vendedores, aunque en algunos casos sus precios son más bajos que los encontrados en el Coloso de Santa Úrsula.

Por ejemplo, en el portal segundamano.com.mx una persona pedía 750 pesos por cada uno de sus cuatro ti-ckets. Garantizaba que se trataba de prductos originales.

En cambio, en mercadolibre.com.mx los precios se llegaban a disparar hasta los 3,500 pesos. Sólo un ofertante los llegó a dar en 500.


Por excelsior.com.mx

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