El Senado de la República aprobó la llamada ley antiobesidad sin prohibir el consumo de alimentos chatarra en el interior de las escuelas; en la reforma sólo se restringió la venta y la publicidad dentro de los planteles.
El panista Guillermo Tamborrel afirmó que de haberse prohibido el consumo en los colegios se habría generado un verdadero cambio en los hábitos alimenticios de la población infantil.
En entrevista, consideró que sin ese elemento se trata de una reforma “incompleta” y que de nada va a servir.
El dictamen se aprobó con 71 votos a favor, cero abstenciones y sólo el voto en contra de Tamborrel.
La ley prevé multas de 12 mil a 16 mil salarios mínimos (de 689 mil a 919 mil pesos) a quienes hagan caso omiso de las prohibiciones para la venta y publicidad de chatarra en escuelas.
La reforma establece que deberán instalarse bebederos en escuelas, cuyo servicio será gratuito y se garantizará que funcionen con filtros y agua potable. Además, que se privilegie la realización de actividades físicas.
En la información al consumidor, los productos deberán contener datos de su valor nutricional, contenido calórico, ácidos grasos, saturados, ácidos grasos translípidos, colesterol, contenido energético, sodio, hidratos de carbono, fibra dietética, azúcares y edulcorantes; deberán mencionarse los ingredientes que se hayan utilizado en cada tipo de presentación.
En su intervención en tribuna, Tamborrel expresó que el Senado había sido “doblegado”, en relación con los intereses en torno a la ley. El coordinador del Partido del Trabajo, Ricardo Monreal, coincidió con el panista.
Al final, en entrevista, Tamborrel reconoció que se dejó llevar por “el calor” de la discusión y no cuenta con elementos para afirmar que el Senado “se doblegó”, como dijo en tribuna.
El miércoles, la reforma fue frenada debido a que los cambios introducidos prohibieron la publicidad en escuelas y en centros deportivos, lo que para algunos fue “un exceso”, pues podría afectar a los estadios y campos de futbol.
Ayer las comisiones unidas de Salud y Estudios Legislativos Segunda matizaron y circunscribieron la prohibición a los planteles escolares.
El panista Guillermo Tamborrel afirmó que de haberse prohibido el consumo en los colegios se habría generado un verdadero cambio en los hábitos alimenticios de la población infantil.
En entrevista, consideró que sin ese elemento se trata de una reforma “incompleta” y que de nada va a servir.
El dictamen se aprobó con 71 votos a favor, cero abstenciones y sólo el voto en contra de Tamborrel.
La ley prevé multas de 12 mil a 16 mil salarios mínimos (de 689 mil a 919 mil pesos) a quienes hagan caso omiso de las prohibiciones para la venta y publicidad de chatarra en escuelas.
La reforma establece que deberán instalarse bebederos en escuelas, cuyo servicio será gratuito y se garantizará que funcionen con filtros y agua potable. Además, que se privilegie la realización de actividades físicas.
En la información al consumidor, los productos deberán contener datos de su valor nutricional, contenido calórico, ácidos grasos, saturados, ácidos grasos translípidos, colesterol, contenido energético, sodio, hidratos de carbono, fibra dietética, azúcares y edulcorantes; deberán mencionarse los ingredientes que se hayan utilizado en cada tipo de presentación.
En su intervención en tribuna, Tamborrel expresó que el Senado había sido “doblegado”, en relación con los intereses en torno a la ley. El coordinador del Partido del Trabajo, Ricardo Monreal, coincidió con el panista.
Al final, en entrevista, Tamborrel reconoció que se dejó llevar por “el calor” de la discusión y no cuenta con elementos para afirmar que el Senado “se doblegó”, como dijo en tribuna.
El miércoles, la reforma fue frenada debido a que los cambios introducidos prohibieron la publicidad en escuelas y en centros deportivos, lo que para algunos fue “un exceso”, pues podría afectar a los estadios y campos de futbol.
Ayer las comisiones unidas de Salud y Estudios Legislativos Segunda matizaron y circunscribieron la prohibición a los planteles escolares.
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