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Durban, Sudáfrica.- España alcanzó la Final al derrotar a Alemania 1-0 (mismo resultado que en la Euro 2008), con gol de Carlos Puyol, que premió un recital de futbol de una selección que vive el momento más dulce de su historia. El Mundial ha premiado al futbol de conjunto.

Del Bosque recogió la generación de oro y la conduce a una nueva dimensión. Joachim Löew ha liderado la modernización de Alemania, pero sólo uno debía seguir.

España tenía un plan para este duelo, pero falló porque el destino no tenía un guiño reservado para Cesc Fábregas y se cambiaron las piezas. Iba a ser titular, pero un golpe en el peroné recién operado hizo girar los planes sobre la marcha. Fernando Torres anda alejado de su mejor versión. Ha tenido oportunidades en las que sólo dejó trabajo. Era la hora de un Pedro tocado con una varita, autor de goles en todas las competiciones que ganó el Barcelona. Del Bosque se la jugó y acertó.

Se plantó España con la columna vertebral blaugrana. Hasta siete jugadores en el equipo titular tenían reservado su mejor futbol para esta cita. Era la primera vez en todo el Mundial que se medía a un rival que hablaba su idioma. Que saldría con las mismas armas. El inicio fue una declaración de intenciones.

Exhibió el futbol que cambió el rumbo de España desde hace dos años. Con Pedro, la apuesta de Del Bosque, clave con su movilidad entre líneas y tapando las subidas de Lahm. Minimizó a Alemania con toque, encerrándola. Asociándose en paredes con una exhibición de calidad a la que sólo le faltaba el gol. Siempre jugó España mejor con cinco partiendo del mediocampo. Todo sistema tiene ventajas e inconvenientes. Lo malo fue la ausencia de remate en los centros de los laterales desde las bandas. Ramos y Capdevila no encontraron a nadie. Con Villa y la llegada desde segunda línea de Pedro, Xavi e Iniesta, faltaban centímetros ante las torres germanas.

Un pase en profundidad de Pedro a Villa provocó la primera clara. Lanzándose al suelo remató al cuerpo de Neuer, rápido en su salida. Alemania se vio obligada a jugar al contraataque, con puñales como Oezil y Podolski, balones cruzados a la movilidad de su goleador, Klose. España era superior, pero no mataba. Los disparos de Ramos y Xabi se perdían, Casillas mostraba su fuerza por arriba en acciones a balón parado; le sacó un balón a Trochowski en un latigazo.

Fue la tónica en el cierre del primer acto. La rapidez alemana pilló descolocada a la zaga, por una mala anticipación de Puyol, y con superioridad en el contragolpe la acción acabó con Oezil derribado en el área por Ramos. El árbitro no vio penal. El duelo no empequeñeció en el complemento. Cada selección con sus armas. España con el dominio y la calidad. Alemania con capacidad de sufrimiento y oleadas ofensivas en minutos de asedio.

El gol estaba en la mente de los españoles. Faltaba encontrar el camino correcto, pero El acoso de La Furia Roja provocó la seguridad de Neuer. Salvó como pudo un disparo duro de Pedro, al 57.

Hacía falta un golpe de fortuna que cambiase el destino. Llegó en el 73. Un saque de esquina botado por Xavi, con Puyol lanzándose, un país entero rematando el balón; lo ubicó con potencia en la red. Era el premio al futbol espectacular que tenía reservado España. Restaban 17. Con un nuevo panorama. Alemania agotando sus cambios ofensivos y España replegándose. Exhibiendo el poder en el juego aéreo de Piqué, Puyol, Ramos y Busquets. El acoso teutón no encontró respuesta. No hubo gol de última hora, la historia le daba la espalda a la renovada Alemania.

Los cambios de Del Bosque devolvieron la velocidad en la contra. Pedro perdonó la sentencia en la más clara de la noche, con Torres solo para marcar. Restaba casi nada. España estaba escribiendo la página más brillante de toda su vida. Llegó el final y se desbordó la alegría. Ganó el futbol. La brillantez. La Furia Roja había tumbado al equipo que mejor juego había mostrado en el Mundial para vivir su primera Final. Será ante Holanda. El éxito ya está firmado.