La web WikiLeaks, que se financia de aportaciones privadas, sufrió hoy un golpe después de que el popular sitio de pagos por Internet, PayPal, le cancelara la cuenta que tenía abierta para recibir donaciones.
El anuncio se produce, además, en un momento en que la web creada por el australiano Julian Assange lucha por mantenerse online, ante la negativa de algunos proveedores a prestarle servicio después de que comenzara a publicar embarazosos cables diplomáticos de EU.
Esta misma semana, dos empresas estadounidenses de servicios por Internet Amazon y Every DNS, anunciaron la cancelación de su contrato con WikiLeaks, lo que le dejó sin un sitio de alojamiento y la pérdida del dominio wikileaks.org.
Estas medidas obligaron a esta web a iniciar una complicada peregrinación por varios proveedores europeos que la alojaran bajo varias denominaciones.
El último revés para la empresa procedió hoy del sitio de pagos por Internet PayPal, muy popular en varios países, y que canceló la cuenta aludiendo que los fondos recaudados estaban sirviendo para una "actividad ilegal".
Uno de los requisitos que exige PayPal es que el sitio de pagos "no sea utilizado para actividades que animen, promuevan, facilite o instruya a otros a realizar actividades ilegales".
Mientras, WikiLeaks prosiguió hoy con la publicación de nuevos cables diplomáticos, algunos de los cuales fueron emitidos desde la embajada de EU. en China en relación con el ataque informático que sufrió Google a finales del año pasado, y que elevó las tensiones entre Washington y Pekín.
La principal revelación de estas comunicaciones diplomáticas, es que EU. culpó a altos funcionarios del Partido Comunista Chino del ataque informático que sufrió Google a finales del año pasado, y que le forzó a dejar de operar temporalmente su motor de búsqueda en el país.
Los cables revelan la tensión creciente y la censura que sufrió el gigante informático por su reticencia a aplicar la censura en su motor de búsqueda.
En uno de los cables, fechado el 12 de julio del año pasado, un funcionario estadounidense explica cómo el Gobierno chino decidió bloquear el buscador durante 24 horas como medida de presión, al constatar que no se estaban filtrando los resultados de las búsquedas como quería.
La principal demanda de los altos funcionarios chinos era que la dirección Google.cn, a la que acceden los usuarios chinos, no tuviera ningún link con la general google.com, en la que no se filtran los contenidos.
El cable explica el malestar especialmente por el acceso que los usuarios podían tener a material pornográfico en las búsquedas no censuradas.
Pero la presión se acentuó, según indica otro de los cables, cuando un alto funcionario del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista Chino descubrió que se podían hacer búsquedas en chino sin censuras en la web mundial.
Como prueba, este miembro no identificado en los cables, puso su nombre y pulsó el motor de búsqueda. Los resultados, según relata el funcionario estadounidense, fueron "críticos".
Este simple hecho hizo que se comenzara a gestar un ataque político contra Google, que le forzara a "abandonar un mercado potencial de 400 millones de usuarios", según relata un cable de enero pasado.
Los cables revelan que el alto funcionario que se mostró disgustado tras poner su nombre en el buscador, obtuvo la ayuda de un segundo miembro del Politburó para forzar a Google a eliminar de su página china el link que redirigía las búsquedas a la versión internacional.
Uno de los cables revela, además, el intento, supervisado por los dos miembros del Politburó, de acceder mediante un ataque informático a las cuentas de Gmail de disidentes chinos.
Este ciberataque, que fue denunciado públicamente por Google el 12 de enero pasado, fue descrito por la embajada estadounidense como "de naturaleza 100 por cien política", y no relacionado con ningún intento de eliminar a Google como competidor para los buscadores chinos.
El ataque agravó las tensiones entre China y EU., y provocó que Google anunciara su salida del país, tras tres años de operaciones, y reubicara su buscador en Hong Kong, donde era capaz de hacer funcionar su buscador en chino y en inglés sin censura.
El anuncio se produce, además, en un momento en que la web creada por el australiano Julian Assange lucha por mantenerse online, ante la negativa de algunos proveedores a prestarle servicio después de que comenzara a publicar embarazosos cables diplomáticos de EU.
Esta misma semana, dos empresas estadounidenses de servicios por Internet Amazon y Every DNS, anunciaron la cancelación de su contrato con WikiLeaks, lo que le dejó sin un sitio de alojamiento y la pérdida del dominio wikileaks.org.
Estas medidas obligaron a esta web a iniciar una complicada peregrinación por varios proveedores europeos que la alojaran bajo varias denominaciones.
El último revés para la empresa procedió hoy del sitio de pagos por Internet PayPal, muy popular en varios países, y que canceló la cuenta aludiendo que los fondos recaudados estaban sirviendo para una "actividad ilegal".
Uno de los requisitos que exige PayPal es que el sitio de pagos "no sea utilizado para actividades que animen, promuevan, facilite o instruya a otros a realizar actividades ilegales".
Mientras, WikiLeaks prosiguió hoy con la publicación de nuevos cables diplomáticos, algunos de los cuales fueron emitidos desde la embajada de EU. en China en relación con el ataque informático que sufrió Google a finales del año pasado, y que elevó las tensiones entre Washington y Pekín.
La principal revelación de estas comunicaciones diplomáticas, es que EU. culpó a altos funcionarios del Partido Comunista Chino del ataque informático que sufrió Google a finales del año pasado, y que le forzó a dejar de operar temporalmente su motor de búsqueda en el país.
Los cables revelan la tensión creciente y la censura que sufrió el gigante informático por su reticencia a aplicar la censura en su motor de búsqueda.
En uno de los cables, fechado el 12 de julio del año pasado, un funcionario estadounidense explica cómo el Gobierno chino decidió bloquear el buscador durante 24 horas como medida de presión, al constatar que no se estaban filtrando los resultados de las búsquedas como quería.
La principal demanda de los altos funcionarios chinos era que la dirección Google.cn, a la que acceden los usuarios chinos, no tuviera ningún link con la general google.com, en la que no se filtran los contenidos.
El cable explica el malestar especialmente por el acceso que los usuarios podían tener a material pornográfico en las búsquedas no censuradas.
Pero la presión se acentuó, según indica otro de los cables, cuando un alto funcionario del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista Chino descubrió que se podían hacer búsquedas en chino sin censuras en la web mundial.
Como prueba, este miembro no identificado en los cables, puso su nombre y pulsó el motor de búsqueda. Los resultados, según relata el funcionario estadounidense, fueron "críticos".
Este simple hecho hizo que se comenzara a gestar un ataque político contra Google, que le forzara a "abandonar un mercado potencial de 400 millones de usuarios", según relata un cable de enero pasado.
Los cables revelan que el alto funcionario que se mostró disgustado tras poner su nombre en el buscador, obtuvo la ayuda de un segundo miembro del Politburó para forzar a Google a eliminar de su página china el link que redirigía las búsquedas a la versión internacional.
Uno de los cables revela, además, el intento, supervisado por los dos miembros del Politburó, de acceder mediante un ataque informático a las cuentas de Gmail de disidentes chinos.
Este ciberataque, que fue denunciado públicamente por Google el 12 de enero pasado, fue descrito por la embajada estadounidense como "de naturaleza 100 por cien política", y no relacionado con ningún intento de eliminar a Google como competidor para los buscadores chinos.
El ataque agravó las tensiones entre China y EU., y provocó que Google anunciara su salida del país, tras tres años de operaciones, y reubicara su buscador en Hong Kong, donde era capaz de hacer funcionar su buscador en chino y en inglés sin censura.
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