Las ejecuciones que dejaron más de 40 muertos en Nuevo León, Estado de México y Coahuila son resultado de una guerra absurda e irracional entre organizaciones criminales, cuya violencia disminuirá cuando se “apriete el acelerador” para debilitarlas, evitar su impunidad y que los gobiernos estatales tengan corporaciones policiales confiables y sólidas para combatirlas.

Así lo afirmó el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, quien admitió que no sólo se requiere capturar a los líderes de los grupos delictivos, sino también un esfuerzo para fortalecer a las instituciones locales.

Refrendó el apoyo del gobierno federal para que las autoridades locales puedan dar con los responsables y los hagan pagar por estos crímenes.

“Todos estos hechos se dan en el contexto de una competencia mortal e irracional entre bandas delincuenciales que deben ser sometidas.

En Nuevo León y otras entidades del noreste, desde el año pasado, las organizaciones criminales del Golfo y Los Zetas escenifican una absurda guerra a muerte por el control de plazas delincuenciales y por el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, que antes de 2010 compartían.

Esta lucha absurda entre delincuentes también se ha dado en Coahuila, en este caso entre Los Zetas y la organización criminal del Pacífico”, dijo el funcionario.

Aunque precisó que la investigación por la ejecución de 11 personas en Chalco corresponde a la procuraduría del Estado de México, comentó que en la entidad existe una pugna entre Los Caballeros Templarios y Los Zetas.

En Torreón, donde 10 personas fueron asesinadas, la rivalidad es entre Los Zetas y el Cártel de Sinaloa.

“La violencia no se va a detener dejando de combatir a los criminales. Por el contrario, va a disminuir conforme seamos capaces de acelerar el debilitamiento de las bandas que la producen.

“Habrá menos violencia en la medida en que avancemos más de prisa en llevar a los delincuentes a la justicia, porque aún ahora, como muestran estos lamentables actos, hay quienes suponen que serán impunes sus delitos”.

El vocero de seguridad nacional comentó que el homicidio a mansalva dejará de ser una estrategia viable para las bandas delincuenciales cuando por cada caso exista un culpable identificado, procesado y con una sentencia condenatoria que abata la impunidad.

Sostuvo que es momento de “apretar el acelerador” para impedir que ocurran más ejecuciones, aunque esto será posible mediante dos vías: debilitamiento de las organizaciones criminales y la transformación institucional.

En tanto, el vocero de Seguridad de Monterrey, Jorge Domene Zambrano, confirmó que el atentado contra el bar Sabino Gordo se trató de un ataque dirigido a los empleados de ese negocio, el cual fue identificado como un punto de venta de droga.

En conferencia de prensa, dio a conocer que 18 de las 20 personas que fallecieron eran empleados del establecimiento, entre ellas tres mujeres.

Por impreso.milenio.com